La Agencia de Desarrollo Rural (ADR) fortalece la atención humanitaria en el Catatumbo con la entrega de alimentos frescos adquiridos directamente a los campesinos de la región, estrategia que garantiza la nutrición de 5.000 familias vulnerables y, al mismo tiempo, impulsa la economía local al eliminar intermediarios y mejorar los ingresos de los productores.
Con una inversión de 4.233 millones de pesos, la distribución de los alimentos comenzará este jueves 6 de febrero y se extenderá por un mes para garantizar el acceso a productos esenciales.
La Agencia planea la entrega de 380 toneladas de alimentos frescos y secos, mediante una lista de productos que incluye cereales, tubérculos, frutas, verduras, leche, carnes, huevos, leguminosas, aceites, azúcares y café.
Al respecto, el presidente de la ADR, César Pachón Achury, destacó el impacto de esta estrategia en la economía campesina y en la soberanía alimentaria de la región.
“Estamos enfrentando la emergencia en el Catatumbo con soluciones reales: entregamos alimentos de calidad, cultivados en la misma región, directamente de la mano de un campesino a la mano de otro campesino. Con esto, aseguramos que el campesinado reciba un pago justo por su producción y que las comunidades tengan acceso a productos frescos y nutritivos”, afirmó Pachón.
Agregó que la lista de alimentos sigue las orientaciones técnicas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y asegura una alimentación balanceada y de calidad para las víctimas del conflicto.
Proyectos sostenibles para la sustitución de cultivos ilícitos
Asimismo, la ADR presentó propuestas innovadoras para la reconversión económica en el Catatumbo, a través de la implementación de cultivos alternativos sostenibles como estrategia de sustitución de cultivos de uso ilícito.
“Proponemos un proyecto basado en el cultivo de pasto vetiver y cannabis para transformar la economía del Catatumbo. Estas iniciativas nos permitirán construir un camino sólido hacia la paz y la estabilidad de la región. Queremos que las familias campesinas tengan alternativas sostenibles y dignas”, dijo Pachón.
Explicó que el cultivo de pasto vetiver es una solución sostenible para la producción de biomasa, alimento animal y generación de energía limpia.
Este cultivo es resistente a condiciones extremas, ecológicamente seguro y con un sistema que protege el suelo.
Finalmente, también se propuso el cultivo de cáñamo de cannabis, destinado a la industria de la pulpa para papel, brindando oportunidades de inclusión productiva para pequeños agricultores y promoviendo la rentabilidad en la región.