Después de 24 años, y en medio de una proceso de acercamiento diplomático entre Rusia y Corea del Norte, el presidente ruso Vladimir Putin vuelve este martes a Pyongyang para reunirse con el líder norcoreano Kim Jong-un.
La última vez que ambos se vieron en persona fue en septiembre de 2023, cuando Kim viajó a Rusia para una cumbre con Putin, en medio de advertencias de Estados Unidos de que los dos líderes buscaban llegar a un acuerdo de armas en el contexto de la guerra en Ucrania.
Y un presidente de Rusia no viajaba a Corea del Norte desde el 2000, cuando el mismo Putin, en su primer mandato, visitó el país para reunirse con Kim Jong Il, padre del actual mandatario norcoreano.
La cumbre de alto perfil entre Putin y Kim muestra que las históricas relaciones entre ambos países, que se remontan a la creación de Corea del Norte, están en un muy buen momento y hay un costado material claro: entre agosto de 2023 y febrero de 2024 Pyongyang habría enviado a Moscú grandes cantidades de proyectiles de artillería de 152 mm y municiones de lanzacohetes múltiples de 122 mm, según declaró el Ministerio de Defensa de Corea del Sur a principios de año.